¿Alguna vez has oído la frase “Somos lo que comemos”? Puede que a veces incluso hayamos puesto en duda a la persona que nos la ha dicho, pero existen estudios científicos que evidencian que comer de forma saludable, sea a la edad que sea, es siempre beneficioso, incluso necesario para envejecer bien.
Las recomendaciones en cuanto a alimentación saludable varían a lo largo de la vida. Hay etapas en la alimentación se centra en el correcto crecimiento físico y mental es el objetivo principal de cualquier propuesta, mientras que en otras puede ser la prevención de enfermedades que pueden afectar a nuestra esperanza de vida. Y otros períodos en los que lo más importante sea evitar o minimizar el impacto de una enfermedad y, en especial, mejorar la calidad de la vida.
Beneficios de comer bien
Lo primero que queremos explicar es lo que significa comer bien. Comer bien se trata de llevar una dieta equilibrada, normocalórica, rica en nutrientes, y cercana a lo que viene a llamarse como dieta mediterránea. Muchos profesionales y estudios no consideran como comer bien la práctica de dietas limitadas que fueran hipocalóricas, cetogénicas, u otros.
En un estudio se demostró que las personas mayores (el promedio de edad era cercano a los 70 años) que comen de forma saludable mostraban un menor riesgo de sufrir diabetes (test FINDRISK) y además disfrutaban de una microbiota más saludable (menos pro-inflamatoria).
Pero, también es importante entender cómo la alimentación puede ayudarte a retrasar el envejecimiento. Pero para ello tienes que saber qué es el estrés oxidativo:
El estrés oxidativo es un proceso que ocurre porque nuestro organismo no puede destruir todos los oxidantes (radicales libres) producidos durante los procesos bioquímicos vitales. Las células del organismo sufren un proceso de oxidación durante cualquier función vital, como puedan ser la digestión, la respiración o la sudoración. Este proceso de oxidación continuado se denomina estrés oxidativo, y conlleva un deterioro celular progresivo, cuyas consecuencias son el envejecimiento e incluso la aparición de ciertas enfermedades. Por tanto, si aportamos al organismo sustancias antioxidantes, reduciremos la cantidad de oxidantes (radicales libres),disminuyendo el estrés oxidativo y retrasando el deterioro celular, causante del envejecimiento y de algunas enfermedades asociadas a éste.
Pero, ¿Cómo aportamos antioxidantes al organismo? Es sencillo, pero solo si se lleva una alimentación adecuada para ese propósito. O lo que es lo mismo, comiendo bien para envejecer mejor.
Alimentación para envejecer mejor
El estrés oxidativo se puede reducir (y por ende, los efectos del envejecimiento) sin necesidad de realizar sacrificios dietéticos. Solo necesitarás incorporar a tu dieta habitual algunos alimentos que poseen propiedades antioxidantes, y disminuir el consumo de alimentos con propiedades altamente oxidantes. Esto no implica que para comer bien debas dejar de ingerir radicalmente cualquier producto catalogado como oxidante, ni en que te des un atracón de alimentos antioxidantes. La clave es nutrirte de alimentos que son poderosos antioxidantes, para así aliviar los efectos del envejecimiento y conseguir envejecer mejor.
Alimentos antioxidantes y suplementos
Estos son ejemplos de alimentos con propiedades antioxidantes muy potentes que puedes incorporar a tu dieta habitual:
- Frutas: uvas negras, kiwis, granadas, fresas, arándanos y frambuesas.
- Verduras y hortalizas: acelgas, espinacas, brócoli, tomates, cebollas y ajos.
- Hierbas aromáticas: té verde y cilantro.
- Especias: cúrcuma y canela.
- Frutos secos: almendras, nueces y avellanas.
- Dulces: cacao puro (si no lo encuentras, puedes sustituirlo por chocolate negro que contenga al menos el 80% de cacao).
- Suplementos en farmacias y parafarmacias
Alimentos oxidantes
Y esta es una lista de los alimentos con fuertes propiedades oxidantes, los cuales conviene evitar ingerir siempre que sea posible:
- Alimentos ultraprocesados: bollería industrial, pizzas y todos los platos precocinados.
- Carnes: cordero y vacuno mayor (carnes rojas).
- Frituras: cualquier fritura hecha con aceite de girasol, semillas o palma.
- Mariscos: todos, sin ninguna excepción.
- Dulces y postres: pasteles, tartas y similares.