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Cómo leer las etiquetas de los alimentos y entenderlas

Atención, la fecha de publicación de este artículo es 18-09-2019. Su contenido puede haber quedado desactualizado.

Cómo leer las etiquetas de los alimentos y entenderlas

Cada vez son más las personas que a la hora de hacer la compra paran y leen las etiquetas. Observar las calorías que contiene un alimento nunca esta demás.

La era de los productos procesados

Los productos procesos no solo cuentan con un alto nivel calórico, también contienen factores que no son del todo saludables. Actualmente es recomendable, antes de adquirir un producto, leer su etiqueta y ver sus componentes.

Las etiquetas nutricionales son una herramienta útil para saber más de la composición de dichos productos, lo que contribuye a diversificar el menú diario, permitir pequeños caprichos y adecuar la pauta alimentaria a sus necesidades proteicas

Qué tener en cuenta cuando lees la etiqueta

A primera vista puede parecer complejo, pero teniendo claro 6 conceptos podrás entender a la perfección la etiqueta y saber si ese alimento te conviene o por lo contrario deberias dejarlo en el supermercado.

Fíjate en el orden de los ingredientes

Un dato que te ayuda a hacerte una idea de lo que estás comprando es el orden de los ingredientes en la lista. Hay que fijarse en:

  • Aparecen de forma decreciente. Lo que encuentras en los primeros lugares es lo que el producto contiene en mayor cantidad.
  • Si contiene pocos ingredientes se tratará, en general, de un alimento poco procesado y se acercará más a “lo natural”. Los alimentos con un solo ingrediente no están obligados a llevar esta lista.
  • Porque que indique un gran aporte en vitaminas no significa que no contenga azúcar o sal.

Observa los aditivos que incluye

Se trata de sustancias que se añaden al alimento para evitar que se eche a perder en un tiempo corto,  o para darle sabor, olor, color…

Uno de los inconvenientes para identificarlos es que pueden tener más de una denominación. Aunque, lo más común es que aparezcan con su nombre completo o con una letra E seguida de tres números.

Sobre los aditivos, hay sospechas sobre sus efectos en la salud, aunque las autoridades sanitarias siguen diciendo que son seguros.

Mira las calorías que contiene

El valor energético se mide por las calorías que aporta cada 100 gr de producto.

A veces se muestra el porcentaje que este valor representa sobre el total de calorías consumidas en un día y suele aparecer de forma más gráfica. Pero, tampoco te agarres a ello como si fuera una verdad absoluta. No todas las personas necesitan lo mismo.

No es lo más importante, ya que las calorías son la suma de la energía que aportan 3 nutrientes (grasas, proteínas e hidratos), por lo que este dato de forma aislada no ayuda a valorar el alimento.

A igual número de calorías, dos productos pueden ser muy distintos: uno de ellos podría ser rico en azúcares, y el otro un producto integral. Mirar solo las calorías es un error. Es más útil fijarse en que no lleve muchas grasas saturadas y azúcares, que suelen ser abundantes en los productos procesados.

Fíjate en los hidratos o azúcares

La ingesta de carbohidratos no debe superar el 55% de la energía de los alimentos.

Los azúcares son hidratos de carbono simples y, puesto que un consumo abusivo se relaciona con multitud de trastornos, son de obligada mención en este apartado de la etiqueta para que sepas con detalle qué cantidad tomás.

El problema es la información confusa. Las etiquetas no suelen especificar qué cantidad de azúcar es natural del producto

Cuidado con la cantidad de grasas que contiene

El 30% de las calorías que tomas a diario debes obtenerlo de las grasas.

Puesto que es obligado que conste en el etiquetado (tanto el total como la proporción de tipo saturado, que debes limitar aún más) puedes saber si consumiendo un único producto ya estás recibiendo demasiadas.

Si lees que contiene 15 g o más de grasas totales por cada 100 g de alimento es que es alto en ese nutriente. Será bajo en grasas cuando aporte 3 g o menos.

En el caso de las saturadas, si aporta 5 o más gramos por cada 100 g de producto es que contiene muchas. Si lleva 1 g o menos es un producto bajo en ese tipo de lípidos.

No es obligatorio que aparezcan las “trans”, pero si lees aceites o grasas “parcialmente hidrogenadas” es que las lleva.

No te olvides de mirar la sal

Es obligado indicar la cantidad de sal (antes podía aparecer solo sodio) y así es más fácil no superar los 5 g diarios.

Este dato es clave porque su abuso se asocia con la hipertensión y la retención de líquidos.

 

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